Deponia; mis impresiones


Deponia es una saga que siempre me ha llamado la atención, no sólo porque todo el mundo pareciera coincidir en que es una secuela espiritual de Monkey Island, sino, además, por su potente apartado visual, altamente reconocible y muy carismático. La trama incluso se da un aire a la novela que estoy escribiendo; un fracasado gruñón y egoísta se embarca en una aventura para demostrar al mundo que es un triunfador, un genio, y el problema lo han tenido siempre los demás al no saber verlo. Todo esto suena genial, pero a la hora de la verdad... uff.

Sé que Deponia tiene una gran fanbase y no quiero ofender a nadie, esta es mi experiencia personal con los dos primeros juegos (en el segundo terminé de abandonar la saga, no está hecha para mí). Bien, el primer problema que le veo a la saga, es su protagonista. Me encantan los antihéroes, y me encanta el prototipo patán gruñón que se cree más de lo que es, y la vida no deja de ponerle en su sitio, pero como leí hace un tiempo, la diferencia entre una carcajada y una denuncia radica en el carisma. Carisma del que carece Rufus, quien más que un pardillo egocéntrico se asemeja más a un psicópata sin escrúpulos. En general me cae mal. Los chistes que protagoniza no son graciosos, sus gags suelen caer en la repetitividad (ni sé la de veces que repite en voz alta que odia limpiar, como si fuera un running gag, pero con el que nunca se hace nada mínimamente gracioso, sólo repetir una y otra vez que no le gusta limpiar), y aunque sus motivaciones tienen sentido según su personalidad, y dan pie a una evolución de personaje lógica con moraleja y todo, sus acciones, sus métodos para conseguir lo que quiere cruzan la línea entre lo cómicamente mezquino y lo genuínamente detestable. Sobre todo porque sus actos rarísima vez se ven castigados, cosa que podría solventar el mal sabor de boca que te deja ayudarle a cometer atrocidades por puro egoísmo.

Hay un ejemplo bastante claro de todo esto que estoy diciendo cuando, spoiler, el chip cerebral de Goal se avería y para repararla tienes que comprar unas piezas. El inventor que va a reparar el chip te da el dinero para comprar las piezas, pero te especifica que sean de la mejor calidad posible pues las baratas podrían estropearle más el cerebro. Entonces Rufus va a la tienda y le dan a elegir entre las piezas buenas y las baratas, siendo que con las baratas le regalan una piruleta por algún motivo. Bien, Rufus elige de cabeza las baratas por la piruleta, cosa que ni siquiera va con el carácter del personaje. Elige las piezas que pueden joderle más el cerebro A LA CHICA QUE LE GUSTA sin ninguna buena razón más que forzar un chiste bastante out of character. Rufus es egoísta, pero no tanto, sumado a que esto pasa en un punto del segundo juego en el que ya, por cojones, debería ir aprendiendo la lección. A momentos como ese me refiero cuando digo que sus actos pasan de lo simpáticamente egoísta a simplemente actos de psicópata. Durante todo el juego se te plantea de forma humorística que Rufus es como una maldición para los que le rodean, pero lo que percibes como jugador no es un chiste muy largo en torno a la existencia de dicho personaje, sino que realmente es una maldición para los que le rodean, que debería estar mínimo en la cárcel. No puedes evitar sentir el dolor y la desesperación de los demás personajes.

Hablando de personajes, me da la impresión de que muchas veces no se exprime el potencial humorístico de los mismos en pos de seguir centrándose en Rufus. Hay muchos personajes por ahí cuyo aspecto es cómico, pero luego no se hace nada con ellos, ni un mísero chiste, y cuando se hace es una cosa sosísima. Un ejemplo es el vendedor de merchandising de los ornitorrincos, un tipo disfrazado de ornitorrinco con cara de hastío y miseria existencial, además de una voz monótona. Pero cuando hablas con él no es que esté hasta el nardo de su puesto y los ornitorrincos le importen tres pepinos, simplemente tiene esa pinta de apaleado por la vida porque sí. En la primera ciudad del primer juego hay una secretaria en el ayuntamiento que evidentemente es un hombre culturista con barba de tres días vestido de mujer. Esto tampoco se aprovecha más allá de que vaya alternando una voz aguda con su verdadera voz profunda de vikingo. Son cosas que están ahí, pero no se terminan de aprovechar.

El siguiente punto que me ha hecho dejar la saga es lo poco intuitivo de los puzles. Muchas veces te quedas atascado en puntos y tienes que tirar de guía sí o sí porque se te pide hacer unas cosas tan específicas e inconexas que no llegarías a ellas por tu cuenta ni de coña. Muchos puzles se sacan solos si le das un poco al coco, pero hay un buen puñado con los que sólo puedes decir "venga ya, cómo voy a saber que había que hacer eso". A destacar la parte de los ornitorrincos elementales como momento más tedioso de lo que llevaba jugado, y que definitivamente me terminó de apartar de la saga.

Como ya he comentado al principio, el apartado visual es una pasada, y resulta mucho más carismático que el guión. La música también es fantástica, ni sé las veces que he escuchado la compilación de Huzzah!. Sin embargo las animaciones no son tan buenas. Se nota la falta de frames, recurso quizás premeditado, pero a la hora de la verdad se nota un tanto robótico y esto termina afectando a la estética, a lo que se le suma la cantidad de veces que voz y labios van a su bola. Lo he jugado en versión original y no son pocas las veces que los diálogos no se compenetran con la animación. Además, el doblaje original en varias ocasiones cae en lo puramente amateur (ver a un villano tipo Darth Vader entrado en edad con voz de adolescente... está feo). He visto en Youtube fragmentos con el doblaje en castellano, y no hay punto de comparación, mejoran los diálogos notablemente.

Todo esto es una lástima, porque deja a Deponia como el ejemplo perfecto de un juego estéticamente muy bonito, pero más allá de eso bastante mediocre. De verdad, he intentado darle oportunidad tras oportunidad, he intentado que me guste con todas mis fuerzas, pero he sido incapaz. No voy a decir que lo odie porque ha tenido sus buenos momentos, pero no me convence. Deponia te entra por los ojos, pero a la hora de la verdad no está a la altura. Queda lejos de ser una secuela espiritual digna de Monkey Island.

Comments

  1. Creo que a mí no me causó tanto rechazo como a ti el juego (quizá haya ayudado jugarlo en español), pero tampoco me termina de convencer. Lo dejé en la segunda parte porque no me terminaba de interesar y que cambiasen al actor de doblaje por el de Sheldom Cooper, me terminaba de matar.

    Una pena, esperaba que fuese algo más memorable.

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    1. Sí, la verdad. La segunda parte es que... madre mía, se hace pesadísima.

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  2. menos mal cuando lei un cachito de una entrada que borraste creía que iba a pasar lo mismo que con la xanocueva o otros blogs que tuviste y tuve miedo de que te fueras asta el próximo eclipse, con otro blog.

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    1. Nah, la borré porque era deprimente y la escribí en un momento de bajona. Este blog lo tengo para practicar eso de escribir, para la novela.

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  3. Y mira que a mi la saga me gusta, pero tengo que admitirte varias de las cosas que has dicho. Sobretodo los problemas con Rufus, que si que es cierto que a los desarrolladores se les va con lo de que sea un poco cabron a que haga putas locuras que joden a los que le rodean. Pero... Quizás es porque me los jugué hasta el final, pero le he acabado cogiendo cariño al tonto este, creo que al final de la historia tiene un momento de redención algo interesante.
    Bueno, eso, que no te falta razón en lo que dices de todos modos.

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    1. Sí, ya imagino que Rufus seguirá la típica evolución de este tipo de personaje que le lleva a una redención, pero mientras... ñeeeh

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